Querida Bagatela,
Cuando, una noche de Febrero, sentados alrededor de una mesa en la casa de Moratín, tres amigos ociosos empezamos a elucubrar sobre las posibilidades de dirigir nuestras energías a construir un lugar común que estableciese arraigo social y diera oferta cultural de formato cercano, nunca hubieramos imaginado que esa primera y espontánea elucubración nos conduciría, más de cinco años despueś, hasta lo que hoy eres, querida Bagatela, para tanta gente.
Transcurridos tres meses desde esa noche,a finales de Mayo del 2009 comenzaron tus actividades en el antiguo local de Tres Peces 34, allí pasamos dos maravillosos años hasta que en Agosto de 2011 nos mudamos a este definitivo hogar de Buenavista 16.
Inauguramos, felizmente, con una exposición de fotografía de Álvaro Gómez (quien después sería, afortunadamente, uno de los bagatelos más queridos y quien ha construido tu mágnifica web y ha dado soporte gráfico a multitud de tus actividades con su cámara).
A partir de ese día fuiste caminando y consolidando cada paso gracias, sobretodo a la ilusión y el trabajo diario de Viki, junto a la colaboración de todos aquellos que se han ido incorporando a tu quehacer diario; el mismo Alvarito, Santi, Nati, Paulina, Toni, Rafita, Rafa, Pablo, Àlex, Juanlu, Isra, Ariel, Raquel, Lucely, Chema, Silvina, Fer, Nati, Sole, Pablito Rojas y Pablito Martín, Xelo, Claudio y una interminable lista de personas que, con sus pequeñas y enormes inquietudes culturales a cuestas, han acompañado a La Bagatela en estos cinco años.
Ahora, viejita, ha llegado el momento de despedirte, para que quedes en el lugar que cada uno de nosotros te hayamos reservado en nuestros recuerdos, pero eso ocurrirá a partir del 2 de Agosto.
Antes de ese último fin de semana (en el que celebraremos un mercadillo de las bagatelas y objetos que te han poblado y una linda fiesta para homenajearte) te hemos preparado una selección de conciertos y actividades para despedirte y estaremos encantados de que a aquellos a quien llegue esta carta les apetezca venir a saludarte en tus últimos días, para decirte, así bajito al oído, cada uno a su manera, que alguna vez, por un ratito o durante unos instantes, fueron felices entre tus cuatro paredes.
Por mi parte sólo quiero agradecerte que me hicieras más libre, más feliz y me dieras la posibilidad de conocer a semejante cantidad de gente maravillosa.
Gracias querida Bagatela, fue un placer conocerte.
¡Viva La Bagatela!
Uri.
[…] el proyecto de La Bagatela terminó (los que la formábamos empezamos atener hijos y a montar nuestros propios negocios) a alguien se […]